Los JUGUETES ARTESANALES tienen como principal característica que no tienen la intervención de procesos mecanizados en su fabricación: están hechos a mano. Si bien se utilizan herramientas que ayudan en la elaboración (lijadoras eléctricas, por ejemplo), no está automatizado el proceso, no hay una serialización en la confección o ensamblaje de las piezas.
Cada juguete y cada pieza es única, pueden tener algunas pequeñas imperfecciones ya que no lo realiza un robot o máquina, y es eso justamente lo que le da esa característica de elemento único, individualizable.
Por la ausencia de estos procesos, es que no se hacen cantidades masivas, sino las que las manos humanas logren fabricar. Y esto es porque justamente no se busca maximizar la producción, sino agregar valor a cada pieza realizada.
Los JUGUETES ARTESANALES tienen el valor agregado de las “manos” que lo fabricaron: hay individualidad en ese proceso de fabricación.
Como no es una máquina que lo realiza, sino una persona, las piezas no son todas iguales, cada una tiene pequeñas diferencias respecto a la otra, aparece un factor humano, de calidez, de sensibilidad, que no está en el juguete industrializado.
Esa diferencia entre cada juguete se ve reflejada en la diferencia entre cada niño o niña que vaya a utilizarlo: ninguno va a jugar de la misma manera que el otro, ya que sus mundos creativos, su imaginación, sus intereses, sus habilidades... todo es diferente.
Cada juguete artesanal es único. Cada niño es único.
“Se deberían tener pocos juguetes pero buenos.” - Francesco Tonucci, Pensador, maestro, psicopedagogo y dibujante